Microcuentos
Después de haber ordeñado a la vaca, me mira fijamente a los ojos y me dice, lástima que no me guste el arroz con leche.
¿Eres tu el gigante dormido? Ya no
Tras una noche ajetreada, al levantarme y estirar las sábanas, el fantasma desapareció.
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